que llueva
y acá me tienen, cinco de la tarde de un jueves de marzo, recién levantada de una siesta post largo baño de inmersión, a punto de preparar café. Llevé a f a su guardería para poder hacer nada, como había planeado. Sigo con la sensación de que algo tiene que pasar (un llamado que me anuncie un nuevo trabajo, un encuentro inesperado, una tormenta, una lluvia que conjure, como en los cuentos de cheever. Agua, necesito agua. Y parar un poco mi cabeza.
4 comentarios:
Es la inminencia de la Nada, esa sensación vacía que nos acompaña a diario. Desaparece en cuanto tenemos un problema real.
ulschmidt: en realidad yo no me refería a la nada en un sentido tan metafísico sino a hacer huevo, poder estar toda una tarde tirada en la cama sin la sensación de que debería estar haciendo algo importante, productivo.
beatrice, saludos y espero seguirla teniendo de visita por mi blog.
Que llueva Mora bonita, a veces el silencio nos da respuestas.
Hago silencio, jamás daría un consejo, pero cuente con mi presencia cada día por aquí.
Una forta abraçada des-de Catalunya.
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