sábado, septiembre 13, 2008

Ayer

Ayer, con angustia. Se confirmó lo de la operación de f. tienen que ponerle unos tubitos en sus oídos para que salga el agua que tiene acumulada... Lloré en el médico, en la terapia. Después, decidí poner el cuerpo en movimento. Fui a cinta, a la escaladora, caminé veinte cuadras de siesta soleada y, por la noche, fui a clases de tango y después bailé un par en la milonga. No diré que se fue la congoja, pero fue una forma de llevarla en movimiento.
Una maestra de danzas que tuve a mis veinte, cuando vivía sola en Buenos Aires, me decía, "si estás triste, bailá la tristeza". Ella era Patricia Stokoe y de ella me acuerdo en algunos momentos de mi vida, y ese recuerdo me sostiene. Hacer de nuestra propia vida una obra de arte, decía. Ella, su escuela, me reconcilió con mi cuerpo, que venía de años de educación física escolar militarizada y maltratante. Hoy, que me siento de nuevo lejos de mí, que de nuevo me veo mala cara, mal el cuerpo, vuelvo a acordarme de aquello, y sé que siempre es posible volver.

¿por qué será que escribo sin puntos y aparte? Ayer entregué una nota en el diario y el editor me lo marcó. Me llamó la atención el error y, también, que me costara un rato darme cuenta de lo que me estaba queriendo decir.

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