Niñera de los hijos de la niñera

En eso me he convertido. Conseguí, después de tres años -los que tiene mi hijo-, una niñera. Al fin, me dije, alguien que lo cuide de vez en cuando, unas horas, si tengo que hacer llamados por teléfono o quiero dormir una siesta. La chica ideal: vive a una cuadra de casa, es enfermera y tiene un hijo un par de años mayor que F. Lo llevé a mi hijo dos o tres veces, por un par de horas. Volvió contento, pero tan contento con su nuevo amigo, el hijo de la niñera, que ahora, día por medio, lo invita a jugar a mi casa. Me he convertido en la niñera del hijo de mi niñera.