"Uno reconoce demasiado tarde la futilidad de lo anotado"
Encuentro nuevo blog, papeles salvajes, de nicolás vilela, quien se pregunta, por qué escribir un blog. Contesta con palabras de otros que hablan no de blogs sino de diarios personales. Pero vale:
En Déliberation, Roland Barthes sospecha las ventajas y desventajas de llevar un diario íntimo. Si bien las objeciones se acumulan poco a poco (y entre ellas contamos su inutililidad, su manía sin pasión, su inautenticidad, etc.), hay un argumento "solitario pero indestructible" (Alan Pauls dixit) en su favor: la imposibilidad misma de decidir si hay una razón válida para escribir coloca al diario del lado del "texto pleno", de la literatura, de lo que carece de pruebas (Dice RB: "Lo que quiere decir que no puede probar no sólo lo que dice sino incluso que valga la pena decirlo").
Y luego, Franz Kafka que medita, en su diario:
12 de enero. Durante estos últimos días he dejado de escribir muchas cosas sobre mi, en parte por holgazanería (ahora duermo tanto y tan profundamente duante el día, y durante el sueño mi peso es mayor), en parte también por miedo a traicionar la conciencia de mí mismo. Este miedo es justificado, porque sólo habría que fijar definitivamente la conciencia de uno mismo mediante la literatura, cuando esto pudiera hacerse con la mayor integridad hasta las últimas consecuencias accesorias, así como con entera veracidad. Porque de no ocurrir así ---y de todos modos no soy capaz de ello---, lo escrito sustituye entonces, por propio deseo y con la prepotencia de lo fijado, a lo que se siente de un modo general y lo hace únicamente de manera que el auténtico sentimiento desaparece, y uno reconoce demasiado tarde la futilidad de lo anotado.
En Déliberation, Roland Barthes sospecha las ventajas y desventajas de llevar un diario íntimo. Si bien las objeciones se acumulan poco a poco (y entre ellas contamos su inutililidad, su manía sin pasión, su inautenticidad, etc.), hay un argumento "solitario pero indestructible" (Alan Pauls dixit) en su favor: la imposibilidad misma de decidir si hay una razón válida para escribir coloca al diario del lado del "texto pleno", de la literatura, de lo que carece de pruebas (Dice RB: "Lo que quiere decir que no puede probar no sólo lo que dice sino incluso que valga la pena decirlo").
Y luego, Franz Kafka que medita, en su diario:
12 de enero. Durante estos últimos días he dejado de escribir muchas cosas sobre mi, en parte por holgazanería (ahora duermo tanto y tan profundamente duante el día, y durante el sueño mi peso es mayor), en parte también por miedo a traicionar la conciencia de mí mismo. Este miedo es justificado, porque sólo habría que fijar definitivamente la conciencia de uno mismo mediante la literatura, cuando esto pudiera hacerse con la mayor integridad hasta las últimas consecuencias accesorias, así como con entera veracidad. Porque de no ocurrir así ---y de todos modos no soy capaz de ello---, lo escrito sustituye entonces, por propio deseo y con la prepotencia de lo fijado, a lo que se siente de un modo general y lo hace únicamente de manera que el auténtico sentimiento desaparece, y uno reconoce demasiado tarde la futilidad de lo anotado.
1 comentarios:
A ver, si me estoy pishando voy al baño; si tengo ganas de escribir, escribo. Que tanta historias y futilidades y todo eso.
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