Tokio blues 2
"Por eso ahora estoy escribiendo. Soy de ese tipo de personas que no acaba de comprender las cosas hasta que las pone por escrito." Al escribir así, persiguiendo mis recuerdos, a menudo me asalta una inseguridad terrible. ¿No estaré olvidando la parte más importante? ¿Acaso no existe en mi cuerpo una especie de limbo de la memoria donde todos los recuerdos cruciales van acumulándose y convirtiéndose en lodo?Esto es cuanto puedo conseguir por ahora: asir con fuerza dentro de mi pecho unos recuerdos incompletos que ya han palidecido y siguen palideciendo a cada instante que pasa, y escribir estas líneas con la desesperación de un hombre que va chupándose la médula de los huesos. Ésta es la única forma de mantener la promesa que le hice a Naoko.Pero ahora lo sé. En definitiva —así lo creo—, lo único que puedo verter en este receptáculo imperfecto que es un texto son recuerdos imperfectos, pensamientos imperfectos".
De repente, leyendo a murakami, yo también me acordé de mi primer amor. El protagonista se llama watanabe y así me decía él, por sadao watanabe. ahora, escucho sadao watanabe. recuerdo. yo no lo amaba, pero amaba, amo, aquellos 18 años, aquel yo alrededor del cual todo giraba y todo era posible en aquel futuro.
"Cuando miro hacia atrás, hoy pienso que fueron unos días extraños. Estaba en la plenitud de la vida y todo giraba en torno a la muerte.
Y seguimos deambulando por las calles de Tokio. Subiendo cuestas, cruzando ríos, atravesando las vías del tren... Caminamos sin rumbo, andando por andar, cual si fuera un rito para aliviar las ánimas en pena.No era mi brazo lo que ella buscaba, sino el brazo de alguien. No era mi calor lo que ella necesitaba, sino el calor de alguien."
Me pasó algo similar a lo que me sucedió cuando leí La invención de la soledad, de auster. Había puesto un disco de billie holiday y, a los pocos minutos, billie holiday apareció en el texto. Ahora, acababa de poner brahms y murakami dice que su cuarta sinfonía es la preferida de la protagonista. Como si ciertos libros tuvieran una música de fondo que es posible escuchar antes de que el escritor la ponga en palabras.
De repente, leyendo a murakami, yo también me acordé de mi primer amor. El protagonista se llama watanabe y así me decía él, por sadao watanabe. ahora, escucho sadao watanabe. recuerdo. yo no lo amaba, pero amaba, amo, aquellos 18 años, aquel yo alrededor del cual todo giraba y todo era posible en aquel futuro.
"Cuando miro hacia atrás, hoy pienso que fueron unos días extraños. Estaba en la plenitud de la vida y todo giraba en torno a la muerte.
Y seguimos deambulando por las calles de Tokio. Subiendo cuestas, cruzando ríos, atravesando las vías del tren... Caminamos sin rumbo, andando por andar, cual si fuera un rito para aliviar las ánimas en pena.No era mi brazo lo que ella buscaba, sino el brazo de alguien. No era mi calor lo que ella necesitaba, sino el calor de alguien."
Me pasó algo similar a lo que me sucedió cuando leí La invención de la soledad, de auster. Había puesto un disco de billie holiday y, a los pocos minutos, billie holiday apareció en el texto. Ahora, acababa de poner brahms y murakami dice que su cuarta sinfonía es la preferida de la protagonista. Como si ciertos libros tuvieran una música de fondo que es posible escuchar antes de que el escritor la ponga en palabras.
2 comentarios:
AMO a murakami
hola conz. bienvenida a mi blog.
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