hoy
Acabo de llegar, la operación salió bien, f está como siempre, hecho un huracán de energías. Respiro de nuevo tranquila. Para bajar mi angustia, cuando terminó la operación, lo dejé con l y bajé a delicity a tomar un café, ver los últimos minutos del último programa de cuestión de peso (que estaba sin sonido. Como consecuencia, escuché la conversación de un gato, rubia, botas tejanas blancas con cuero cocodrilo, tetas enormes y corpiño con moñitos rosas. Le estaba vendiendo sus shows a un empresario de camisa blanca y perfecto bronceado de cama solar. Ella tenía otras dos chicas, hacía caño (pole no se qué, "queda más fino", le dijo); la noche del gato (sic); la noche del fluo (llegás al boliche, te pintan las manos de fluo con el dibujo de una mariposa y gana el que toca a las chicas en las partes más originales, "la mejor mariposita") y la noche de la salsa. Mientras tanto, hablaba a dos manos con dos celulares. Bueno, todo eso logró sacarme un poco del estado catatónico post operación de mi hijo y devolverme a la vida. Ah, entremedio de todo esto, leí una entrevista a Lucrecia Martel sobre La mujer sin cabeza, que acá todavía no se estrenó y tampoco está en Ares. Juro que esta mezcla fue santo remedio. Quedé como nueva.
3 comentarios:
Me alegro mucho que todo haya salido bien
gracias, madamelulu!
qué tranquilidad
es cierto que una se distrae con las cosas más inverosímiles
besos para vos y el chiquito
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