señorita maestra
Hace días que quiero postear pero mi pc o mi internet gratuita no me dejan. Ahora, seis de la tarde, a rato de ir a buscar a f a la guardería y como forma de conjuro porque tengo una rata en la casa y no sé por dónde está (anoche l trató de matarla y la cretina se escabulló, esperemos que de nuevo al baldío del que debe haber venido), y ante el más mínimo ruido me sobresalto.
Acá estoy, escribiendo unas notas rodeada de mis fetiches: coca light, marlboros, vaquerita (mi nueva golosina preferida) y café. También papeles, cuadernos, lapiceras, encendedor. La casa en silencio (salvo ese chillido que suena, como en el corazón delator, en mi cabeza), hago un alto en mis apuntes (Barthes logra que hasta la retórica aristotélica resulte disfrutable).
Me está yendo muy bien con los chicos. Me ven y me piden que les lea cuentos, se sientan a mi alrededor y escuchan, o escriben sus historias, la pasan bien, la pasamos bien. Y yo siento que es todo un logro, chicos que en la primera clase se comunicaban, la mayoría, a las patadas o a los gritos, algunos que nunca habían leído ni les habían leído un cuento en su vida (algunos, también, golpeados), otros que decían que no les gustaba leer... a una semana, me da mucha alegría sentir el entusiasmo.
Leímos hechizos de amor, de Birmajer; El corazón delator, de Poe; Tom Sawyer y Aladino (según edades e intereses), además de revisar y hojear todos los libros de la biblioteca y de escribir en papeles de colores historias de terror, piropos y hechizos para enamorar, comics y cartas. Yo soy la más sorprendida, a cada momento. Empezamos y terminamos de la mano, con los ojos cerrados, respirando. Capítulo aparte merece la sala de docentes: "Ese chico es muy inteligente pero no habla, así que el año pasado lo aplacé en expresión oral"; "Miren que les voy a poner nota, así que cállense y trabajen" (de la de teatro); "Quién se robo la bolita que estaba sobre el escritorio? Que nadie se mueva porque acá hay un ladrón" (mirando fijamente uno por uno a los chicos); "yo, si veo faltas de ortografía, los hago pasar y escribir la palabra correcta veinte veces en el pizarrón" (de la otra de teatro); "acá hay que dejar claro de entrada que tiene que haber disciplina y que les vamos a exigir, y después exigir en serio" (de la del taller de música). Así las cosas, no es de extrañar que los chicos estén contentos con alguien que imita a los fantasmas, no cuestiona la veracidad de sus historias sobre sus experiencias con los demonios, los deja sentarse en el suelo (o acostarse si tienen sueño), escribir amor con hache o inventar conjuros para alejar los miedos.
Acá estoy, escribiendo unas notas rodeada de mis fetiches: coca light, marlboros, vaquerita (mi nueva golosina preferida) y café. También papeles, cuadernos, lapiceras, encendedor. La casa en silencio (salvo ese chillido que suena, como en el corazón delator, en mi cabeza), hago un alto en mis apuntes (Barthes logra que hasta la retórica aristotélica resulte disfrutable).
Me está yendo muy bien con los chicos. Me ven y me piden que les lea cuentos, se sientan a mi alrededor y escuchan, o escriben sus historias, la pasan bien, la pasamos bien. Y yo siento que es todo un logro, chicos que en la primera clase se comunicaban, la mayoría, a las patadas o a los gritos, algunos que nunca habían leído ni les habían leído un cuento en su vida (algunos, también, golpeados), otros que decían que no les gustaba leer... a una semana, me da mucha alegría sentir el entusiasmo.
Leímos hechizos de amor, de Birmajer; El corazón delator, de Poe; Tom Sawyer y Aladino (según edades e intereses), además de revisar y hojear todos los libros de la biblioteca y de escribir en papeles de colores historias de terror, piropos y hechizos para enamorar, comics y cartas. Yo soy la más sorprendida, a cada momento. Empezamos y terminamos de la mano, con los ojos cerrados, respirando. Capítulo aparte merece la sala de docentes: "Ese chico es muy inteligente pero no habla, así que el año pasado lo aplacé en expresión oral"; "Miren que les voy a poner nota, así que cállense y trabajen" (de la de teatro); "Quién se robo la bolita que estaba sobre el escritorio? Que nadie se mueva porque acá hay un ladrón" (mirando fijamente uno por uno a los chicos); "yo, si veo faltas de ortografía, los hago pasar y escribir la palabra correcta veinte veces en el pizarrón" (de la otra de teatro); "acá hay que dejar claro de entrada que tiene que haber disciplina y que les vamos a exigir, y después exigir en serio" (de la del taller de música). Así las cosas, no es de extrañar que los chicos estén contentos con alguien que imita a los fantasmas, no cuestiona la veracidad de sus historias sobre sus experiencias con los demonios, los deja sentarse en el suelo (o acostarse si tienen sueño), escribir amor con hache o inventar conjuros para alejar los miedos.
12 comentarios:
mora, qué bueno! se te ve contenta. Ojalá a mí me hubieran mandado a un taller así cuando era chica.
pd: en serio te gusta barthes???!
ugenia, tanto tiempo! cómo van las cuestiones laborales?
y sí, me gusta barthes, fue como un amor a primera leída, creo que con lo primero que me enganchó fue con barthes por barthes, una edición comprada en librerías de saldo, a mis veinte.
Y con lo del trabajo, sí, estoy contenta, aunque no sé si lo haría si no tuviera necesidad de tener un sueldo. O al menos, no lo haría dentro de una institución escolar. Por ahí sí, una vez que tenga unpoco más de experiencia, me pueda largar con algún taller en otro lugar.
Saludos!!! y una alegría tenerte por el blog.
Es difícil disfrutar y enseñar, se te Lee con vocación y ganas. Algo que parece que a muchoas docentes les falta, la mediocridad en educación es lo que lleva a los chicos a no disfrutar de el arte de aprender, lo que sea.
Me alegra leer que estás trabajando. Como bien decís, más allá de que te guste lo que estás haciendo, una lo hace porque necesita un sueldo. Me alegra que tengas trabajo, sueldo y que te guste. Y a los niños sí permitiles que hagan conjuros contra el miedo.
arriba la vauerita! abajo el ratón!
que la maestra te deje el suelo y la h, te ueda p la vida
..me puse sentimental
me gusta.
está bueno.
en serio.
cariños.
en qué andás mora?
ugenia: han sido unos meses un poco movidos, trámites varios y complicados que ya se van solucionando y la poca energía que me queda después del bebé y de las clases van para empezar a ponerme en funcionamiento con la tesis(que cuesta: por ejemplo, perder carpetas con toodo el material -y luego de tres días de desasosiego recuperarla-, correr infructuosamente por ciudad universitaria a la profesora que se ofreció a dirigirte y asumir que me voy a tener que poner sola, nomás. En eso ando, uge,creo que necesito unas vitaminas para volver al blog. Y vos? en qué andás?
yo ando un poco aburrida. Me espera un final en 15 días y hasta ahora leí un solo módulo. Cero ganas de hacer nada, bastante bajón a decir verdad. Así que eso, buenos aires está gris y yo estoy oxidada. Espero que vuelvas pronto al blog, y que te salga lo de la tesis (acá es igual, cada paso cuesta). Un beso grande!(perdón x mi panorama pesimista),
uge
Saudade de Córdoba, onde vivi todo o ano de 1973.
mora! escribite algo, queremos saber de vos!
la única solución para la rata es un gato. lo demás no sirve. yo hice eso y la cazó a los dos dias. Y ahora Fausto es un héroe en nuestro hogar. saludos. y suerte.
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