jueves, octubre 06, 2005

rutina de las mañanas (maravillhoras)

Duermo (l. ya se ha ido a trabajar) y en el medio de los sueños empiezo a escuchar la voz de francisco desde el cuarto de al lado (ta ta rrr ta ta), me asomo desde mi cama y veo su carita hablándoles con mucha elocuencia a sus juguetes.
M: hola amor
F: ta ta ta (risas y más risas cuando me descubre desde su cuna-corral)
M: risas y más risas
Me levanto a besarlo y más risas. Luego, voy al baño y su risa se convierte en amarguísimo llanto. Ni que hablar cuando entro en la ducha o bajo a preparar el café. Llanto que sólo se calma con frecuentes aparecidas por su cuna o con una vainilla de consuelo. Malcriadez de hijo único y de madre vieja, pienso yo.
Luego, a vestirse y bajamos, yo a mi computadora, él a desarmar el orden inestable del mueble blanco de la cocina (todo es un ambiente en mi casa, así que desde la compu puedo observar sus movimientos). Tuppers de las más diversas formas y colores desplegados por el suelo, tapitas, cacerolas, un festín. Si hay sol y calor, pues al patio, que también puedo observar desde la pc, abajo de la inmensa acacia, en el pasto lleno también de otros varios juguetes inventados, que son los más maravillosos (tapitas, tarros, tierra). Mientras tanto, sigo escribiendo en mi pc o haciendo algunos llamados laborales (cuando estoy con proyectos, de esos que últimamente se pinchan como si rondara algún conjuro. Ya lo decidí. Voy a relajarme por un tiempo y, si quieren, que me vengan a buscar los proyectos. Harta ya de luchar contra el destino. ¿y si es plutón o algún otro astro el que me está tendiendo una mala jugada? a descansar entonces de elucubrar proyectos por un tiempo y a disfrutar de lo que hay).
Pensaba, esta mañana, cuándo esta maravilla pequeñita, que todo lo toca y que tanto me ríe, empezó a ser. Corrían finales de 2003 y verano de 2004. Charlábamos con su padre acerca de tener un hijo, charlábamos y charlábamos hasta que un día, tirados en la playa y con vista a un mar tibio y azul, dijimos (o dije, porque el papá ya había dicho que sí desde antes), bueno, tengamos un hijo (en las anotaciones de ese día l. puso, tomamos unas guaranás y pasamos la tarde en la playa, había algunas familias con bebés. yo me acuerdo!). Y alegría y miedo, como un juego que se descubre que es un juego serio, muy serio, y muy feliz a un tiempo.(hago un alto, maravilla francisco acaba de quedar entrampado en su carrito y me reclama). Voy a los diarios de esos días. El día anterior, el 16 de febrero, tomamos vodka con maracuya, bailamos mucho reggae, mamá africa. volvimos caminando con una noche muy estrella (sic, esto lo estoy copiando del diario escrito por l.), decía que volvíamos con una noche muy estrella con luna nueva (!!!) (no recordaba ese detalle),y cuando pasamos el istmo, de un lado se veía el mar de afuera y del otro la bahía del mar de dentro, color ocre, los morros y detrás, lasluces del puerto. El camino lo hicimos solos. Llegamos y nos quedamos en la terraza, viendo cómo las olas rompían abajo de nuestra terraza y cómo las olas van viniendo a medida que rompen (escrito entiempo presente mientras las olas venían y rompían, en aquella terraza-barco). Nos fuimos a dormir vencidos por el sueño.
Y llegó el día, el 17, el maravilloso día en que f. emepzó a aparecer. Dice una anotación de su papá: faltan pocos días (¿sabría ya, en algún lugar de su ser, que ese día faltaban pocos días (los días que tienen 9 meses) para conocer la cara del ser que nosharía más felices?
Desayuno m´sa abundante que de costumbre (y claro!). Te levantaste al alba (escribe l. dirigiéndose a mí). El sol está muy fuerte desde las 7 de la mañana. Te bañaste en el mar muy temprano. Ahora vamos a comprar un ananá y una provisión de agua. Creo que el plan es no moverse dela playa. Dia muy soleado sin nubes. Me fui solo a lo de charles (internet) pero estaba cerrado, habían cortado la luz por unas horas. Me volví por el centro y me quedé charlando con el artesano y otra gente. Volví, nos bañamos. dos de la tarde, mucho sol. Vamos a jugar a los dados. Vos tomaste mucho sol, nadaste mucho, un nene te regaló una estrella de mar (y fue el presagio, lo sé!), comiste una banana y recibiste muchos besos de parte mía. Hablamos con M. para rentar bicis para mañana e ir a ver los delfines. Me prestaron un barrenador otros chicos pero no pude barrenar. (una tarde de niños fue). Dormimos siesta y nos fuimos a internet, leímos revistas, comimos sandwiches con queso y pickles, tomamos cerveza y volvimos a casa. Vimos una puesta de sol desde el mar de adentro alucinante. El sol se puso en la sierra grande de Paranaguá, se veían muchos barcos desde la bahía. Pensábamos volver más tarde para ver el grupo de reggae pero nos quedamos dormidos.

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