jueves, octubre 06, 2005

pequeños contratiempos cotidianos

pido por teléfono una ensalada a ese lugar nuevo y carísimo de enfrente (no hay otra cosa que elegir si te viniste sin almorzar a la oficina, salvo un yogur). Pido por teléfono: sin lechuga ni cebolla. Viene el mozo, todo de frac y me bromea: con mucha cebolla y mucha lechuga. Al principio no entiendo el chiste pero enseguida caigo y río. Pago y se va el mozo. Abro el paquete. Saco los pancitos y cubiertos. Luego, la caja con la ensalada. Advierto al instante que, además de su minúsculo tamaño, tomates, queso y crutones, la ensalada viene bien surtida de cebollas y lechugas.

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